La historia que acompaña a tus recetas favoritas – WordPress.com en Español

Cuando comenzó todo esto de Internet, allá por el año 2000, los primeros blogs de recetas que empezaban a surgir no dependían de los ingresos por publicidad y de los caprichos del algoritmo de Google. La mayoría de los blogueros gastronómicos eran simplemente escritores gastronómicos que usaban su audiencia online para darse a conocer y compartir recetas.

Había tan pocas recetas online que nos aferrábamos a cada palabra y esperábamos con ansias cada nueva entrada sin que la publicidad jugase ningún papel en el proceso. Algunos conseguían contratos para publicar libros de cocina o se convertían en colaboradores de revistas. Los seguíamos con emoción, de la pantalla al papel. Fue sin duda la época dorada de los blogs gastronómicos.

Cómo funcionan los blogs de recetas de hoy

Y entonces llegó la avalancha. Surgieron nuevos blogueros por doquier, deseosos de replicar el éxito de los pioneros que habían triunfado. Por el camino, el panorama había cambiado drásticamente.

Ahora ya no basta con ser solo un gran escritor y creador de recetas, ahora tienes que ser fotógrafo profesional, editor de fotos, estilista gastronómico, y experto en marketing y en SEO. Si puedes hacer todo eso y hacerlo bien, podrías ganarte la vida cómodamente desde tu cocina.

Todas esas habilidades en una sola persona requiere una gran inversión de tiempo y dinero. Además de los costes básicos de mantener una web (como el hosting, los plugins para recetas y el software) está la necesidad de tener un equipo fotográfico de alta gama, cursos online y un sinfín de accesorios para decorar tus platos. Si apenas acabas de empezar, todos estos gastos se te van a ir acumulando muy rápido.

Hoy en día, crear una sola receta optimizada tanto para Google (hablaremos más sobre eso luego) como para redes sociales puede llevarte fácilmente más de 20 horas. Y eso sin mencionar siquiera que la receta en si misma sea consistente, fiable y fácil de seguir.

Como dice el refrán, el tiempo es oro. Y ahí es donde entran los anuncios: el bote salvavidas que genera los ingresos de los que dependen los blogueros para poder seguir haciendo lo que hacen.

¿Ganar dinero como bloguero gastronómico?

Este es el meollo del asunto: los RPM, la causa de que los blogs de cocina ahora sean tediosamente largos.

Para los blogueros gastronómicos, los ingresos por publicidad dependen de los RPM (revenue per mille), que es la cantidad que ganan por cada 1.000 visitas. Esta cantidad puede variar según diversos factores, como la época del año, el dispositivo, de dónde procede el tráfico, el tiempo que pasa la gente en la página y la densidad de los anuncios. La densidad de los anuncios es de los pocos aspectos en los que el bloguero tiene un mínimo de control, y tiene un gran impacto en los RPM: más anuncios significan más ingresos, y en las publicaciones más largas hay más oportunidades de poner anuncios. Más contenido, más anuncios, más ingresos.

Pero no es tan sencillo como parece. Blogs de recetas los hay millones pero blogs de recetas cuyos autores vivan de ello hay muy pocos. Los blogueros primerizos suelen empezar tirando de puro esfuerzo y dedicación, con la esperanza de llegar algún día al selecto grupo de los que ganan buen dinero.

Para entrar en las redes de publicidad más grandes, los blogueros de cocina necesitan al menos 100.000 visitas mensuales. Con ese nivel de tráfico, podrían ganar entre 2.000 y 3.000 € al mes. Y sí, las entradas más largas suelen aumentar esos RPM.

Fueron precisamente las redes de publicidad las que impulsaron esta tendencia de hacer entradas más largas, incluso si para ello les tocaba divagar sobre su visita semanal a Mercadona, mientras el lector busca desesperadamente la receta de pisto manchego.

Hasta que un día Google se plantó y decidió premiar a los sitios que daban contenido relevante y de calidad y que al mismo tiempo contaban con una buena reputación del autor: es lo que llamaron la actualización de contenido útil (helpful content update).

Ahora, las divagaciones personales han dado paso a instrucciones muy detalladas y consejos prácticos como dónde comprar online la pasta de curry tailandés favorita del autor (con su un enlace de afiliado incluido, claro, porque al final, bloguear sobre comida es un trabajo como otro cualquiera y hay que ganarse el pan).

El contenido extra justo antes de la receta tiene dos objetivos principales:

• En primer lugar, asegurarse de transmitir suficiente confianza para que incluso el cocinero más novato se sienta seguro siguiendo la receta.
• Darle a Google un caramelito de SEO para ayudar mejorar la posición de la receta en los resultados de búsqueda.

Mejorar tu puesto en los resultados de búsqueda se traduce directamente en más tráfico y más ingresos.

Otro asunto importante para los autores es la protección por derechos de autor de sus artículos. Una simple lista de ingredientes, por lo general, no se encuentra protegida por la ley, mientras que una redacción más elaborada o los elementos multimedia que la acompañen sí pueden estarlo. Cuanto más creativas sean tus explicaciones, será mucho mejor para tus lectores y tendrás más posibilidades de que tu trabajo esté protegido.

Consejos para blogueros gastronómicos

Si eres un bloguero de cocina que intenta encontrar el equilibrio entre tener buena posición en las búsquedas y que tus lectores disfruten con tu contenido, intenta que el texto que escribas justo antes de la receta realmente aporte algo de interés.

Aquí tienes algunas ideas:

• Ingredientes alternativos (si te falta X puedes poner Y en su lugar).
• Detalles sobre dietas especiales (¿se puede hacer la receta vegana o sin gluten?).
• Dónde encontrar ingredientes poco habituales.
• Fotos del proceso paso a paso. 
• Consejos sobre conservación, congelación y planificación de comidas. 
• Alternativas de preparación, como la olla express o la de cocción a baja temperatura. 
• Preguntas frecuentes sobre la receta.

Hay literalmente millones de blogs de cocina, así que considera tu propia personalidad como la chispa que hace que el tuyo sea único y especial. Pero no olvides que el contenido relevante es lo que demuestra tu maestría y hace que tus lectores vuelvan a tu blog.

Hasta John Mueller, encargado de las relaciones de búsqueda en Google, recomienda crear contenido pensando más en los lectores. Hazte la siguiente pregunta: ¿qué hace que tú, tu receta y tu rincón de Internet sean verdaderamente especiales, útiles y relevantes?

Apoya a las personas que crean contenido

Aunque no lo parezca, la cocina es un tema muy íntimo y emotivo. Cada receta que un bloguero gastronómico comparte con nosotros está asociada a emociones muy personales. No importa si lo que comparten con nosotros es un plato estrella de restaurante con estrella Michelin o una humilde receta familiar; los blogueros están ahí para guiarnos con cariño y dedicación.

Si quieres echarles una mano y mostrar tu agradecimiento, estas son algunas formas sencillas de apoyar a estos autores de contenido:

• Deja una reseña cuando pruebes la receta. Ayudarás a otros lectores, y tu comentario puede ser muy útil para el creador.
• Comparte tus trucos o dudas: tu experiencia puede inspirar o ayudar a otros cocinillas.
• Habla siempre con amabilidad y respeto, incluso si la receta no salió como esperabas. La empatía nunca está de más.
• Comparte la receta con amigos o familiares.
• Cuando hagas la receta, compártela en tus redes sociales y siempre que puedas, etiqueta al autor.
• Deja que los anuncios en vídeo se reproduzcan mientras buscas los ingredientes. Verlos ayuda directamente a que el creador gane algo de dinero.
• Ten paciencia con los anuncios, especialmente en los últimos meses del año. Es la época en la que los blogueros ganan más dinero: los anuncios se vuelven más frecuentes por el aumento del RPM y del tráfico.

Si te molestan los anuncios o las anécdotas, recuerda que la mayoría de los blogs tienen un botón para ir directamente a la receta al principio de la entrada. Aunque puede que te encuentres con algún que otro anuncio en la receta en sí, es un pequeño precio a pagar por una receta gratuita y bien hecha.

Y si quieres evitar totalmente los anuncios, también puedes comprar un libro de recetas, apuntarte a un servicio de suscripción de recetas de pago o, aún mejor, llamar a tu abuela. Seguro que tiene un montón de recetas y de historias que te encantarán, y probablemente hace tiempo que no hablas con ella.

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